lunes, 13 de febrero de 2012

FÁBULA, de BENITO DEL PLIEGO: CUANTOS CAMINOS ANDUVE, FUTURO

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- Cuantos caminos anduve, futuro, si otros que fui, hoy nos recuerdan. Así, la Fábula, el mundo visto para los ojos de la ingenuidad comunicante, desplaza al yo del centro y posibilita que una diversidad de lectores al pronunciar el oráculo pertinente destrencen la niebla y aproximen a la experiencia e inexperiencia, como sólo lo poético resuelve, sin última palabra, sólo un origen por re-conocer, y su dinámica inconclusa.
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Benito del Pliego ahonda en este poemario sobre las posibilidades, sobre la pluralidad, sobre lo que ha de gestarse en cada momento, en cada encuentro entre la palabra y el individuo, entre el lector y el mundo, entre el ahora continuo y la mutabilidad del ser. En el juego es inevitable la interjección de otros textos, de un saber acumulado de miles de personas en muy lejanas épocas o geografías. Un saber, no una autoridad. No pertenece, es regalo, pero no es adquirible por otro mérito que una lectura abisal. ¿Quién lee? no sólo tú, sino tu ignorancia, tu ingenuidad, tu intuición. No hay dogma, ley. Si una desarticulación de los miedos ancestrales y modernos a ser libre, a pensar por uno mismo, a dialogar con lo inútil, cuando esa no utilidad valorable en bolsa o patrimonio fincable, en prestigio o carrera profesional, enseña un poco a conocerse a uno mismo, que siempre es hermano de lo extranjero, de lo incompleto. Quizá por eso, no lo sé, se pueden establecer algunas identificaciones, que antes que limitar, multiplican o desautorizan, una sola certidumbre o proposición. Así en El lobo, la identidad referencial es la poeta Carmen Camacho. Y sus multiplicidades.

Cuando la poesía se abre, en Fábula o en La voz del oído, a cada lector de manera directa, íntima, irreductible, algo estremecedor va haciendo sonar sobre las vértebras del tiempo. Una música de desnudez radical hace de cada animal, cosa, símbolo, un fragmento suficiente y a la vez dialogante con el resto, sin un orden inequívoco, sino aleatorio a cada lectura. Los fragmentos, el corazón, la memoria. ¿Qué dices que escuchaste tú...?

En el 2012 acaba de publicarse un libro primordial, Fábula, por Aristas Martínez Ediciones, que no tiene en el panorama extenso de nuestra actualidad símil o réplica. Audaz, provocativo al rehusar de la retórica egocéntrica de las poéticas occidentales pasmadas con la sentimentalidad y la elevación del yo sobre lo observable, y alejada de las vanguardias del primer tercio de S.XX en su planteamiento formal, con una lealtad incuestionable a la búsqueda e inconformismo que las alentó. Pues...
"Para vivir aquí hay que asomarse al espejo y roerse la cara"
(De "El buitre") 




Víktor Gómez
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Fábula
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EL LOBO
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─”Aléjate de los demás y te contaré los misterios del Reino”. Me gusta decir al rebaño.

Boca hambrienta nunca ofende; es peor la caperuza, que acapara y acapara.

Una mancha de sangre le mancha a cualquiera (ya se sabe: el lobo es hombre para el lobo). La maldad es del que sueña corderos paciendo entre fieras.

Ser lo que se es a nadie mata a no ser que seas un asesino.  

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La voz del oído
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─ Me repito, vuelvo sobre las palabras, como vuelven sobre sí las estaciones.

La certeza es responder como quien nada entiende,  como si nunca antes hubiese habido respuesta.





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Más sobre Fábula, en el blog de Mar Benegas, acá
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