jueves, 16 de julio de 2009

ko Un: poesía coreana actual

NIÑO CAMPESINO

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Lombriz

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Al cumplir seis años ya cuentas las estrellas.

Las noches son prodigiosas,

la claridad del día te incomoda.

Tu madre ha salido al campo,

y el padre está en el sembrado de arroz,

los arrozales ajenos.

Durante el día,

pasada la tormenta,

juegas con lombrices bajo el tejado.

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Un niño de seis años,

al que llaman Dosup,

aburrido, espera que caiga la noche.

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Espantapájaros

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En los campos otoñakes el espantapájaros parece un visitante; en los campos invernales el espantapájaros parece un mendigo.

Pero no, no se trata de eso.

Cuando cuentas los vecinos: uno, dos...

tienes que contar a los espantapájaros también.

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Padre

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No importaba la fatiga

por andar con el paso pesado por caminos,

cruzando el río, por Naepo, todo;

desde el mercado de Daechon

al mercado de Yesan, al mercado de Sosan.

El padre era un soñador sin remedio.

Cuando llovía, era uno de aquellos

que extendían sus manos a la lluvia

y exclamaba con deleite:

"¡ Ay, ay, qué alegría verte, otra vez!"

--- --- -- -- [caption id="" align="alignnone" width="416" caption="KO UN"]KO UN[/caption] Ko Un, del libro Diez mil vidas, de la editorial Verbum, con traducción de Kim un-Kyung, revisada por José Catalán. Maestría milenaria y una visión contemporánea y clásica de lo vital e inevitable del existir entre otras existentes personas o paisanajes. Poeta coreano nacido en 1933, fecundo y de contundente obra a la que exige desde el mayor rigor formal la capacidad de asombrar, de inquietar, de interpelar, manejando con mesura y acierto un inteligente y perforador sentido del humor, la precisión, la economía lingüística y la coherencia y una eticidad vinculada al budismo pero que se proyecta más allá de los límites de la tradición para reelaborar el discurso poético y reflexivo, sin dejar de abrir con imágenes líricas alegorías y posbilidades de sumergirse entre la realidad y lo real con afán de percibir con ojo plural lo humano, lo inhumano y lo circundante. Este libro que se maneja en 64 poemas, déjase releer 64 veces cada poema. Las anécdotas tienen carga de dinamita para volar un puente o facilitar un túnel. Oficia sin quizá pretenderlo el nomadeo del pastor de estrellas o la lectora de briznas y libélulas. Es vida, desde su orilla política ha su otra orilla sentimental, desde su vértice ético hacia su ventana al mundo de las pequeñas cosas y los momentos cualesquiera. Pero ojo, no es un mirar ni un mostrar simple. De la sencillez emana un sutil halo. Descifrarlo puede llevas mil vidas. Para el lector, este libro dona la posibilidad de reescrtitura, complicidad e imprevisible reencuentro con la belleza y la justicia. No en vano comentaba no hace mucho, en una visita a nuestro territorio que la palabra que más le gusta en español es "amigo".

Víktor Gómez



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