domingo, 1 de marzo de 2009

FERNANDO MENENDEZ: la belleza de los haikus inconsolables

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Gotas de lluvia
el olor de la tierra
sabe a tormentas


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Preso entre las cosas
he soñado esta noche
campos vacíos


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Entre las manos
una rosa de otoño
sin el aroma



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Con la marea
caña de pescadores
y de silencios



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Recorro calles
un mundo de poesía
sucio de humos


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Fernando Menéndez,
del poemario Treinta y nueve haikus.
Bellísima edición digital,
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ELOISA OTERO: Un camino difícil -umbral y escucha- es la poesía

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Misión imposible:
centrarse
en la vida que discurre
como un río revuelto,
remolinos.
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Dolmen, mámoa, petroglifo,
el vino en la metreta,
es oscuro el pasado, está seca la saliva.
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Los recuerdos se trituran.
Llegó el tiempo de hablar sin ser vistos.
Eloísa Otero

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Esther Ramón, en reseña publicada en la revista El Crítico, de 1999, sobre Tinta preta, de Eloísa Otero, escribió:

(.../...) Eloísa Otero (León, 1962) se enfrenta en su último libro —Tinta preta, editado por el Instituto Leonés de Cultura— cara a cara con la escritura, planteándose, sopesando palmo a palmo su necesidad, su validez. Se trata de un combate desigual, pero en un principio amistoso: el bando del silencio gusta aún de brindarle témperas suaves a su adversario ("Garrapateo. / Los dibujos son para que recuerdes"). Aunque con la lucidez cunde el desánimo ("Para qué contar, en realidad").
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Sin duda, el camino se allanaría si el despojamiento ("saber de todo, / desde el principio hasta el final / sin estar en todo") soñado, trascendiendo los límites de la escritura, representase la puerta, la llave que abriese lo ajeno, pero lo que resta es sólo la fórmula. Aplicada inútilmente. "Sigo sin saber, a fin de cuentas, / quién es alguien para alguien".


Seguir artículo aquí.

Y sobre la solvente y resuelta poeta Esther Ramón, aquí y aquí
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Leer y escribir.
Escribir comienzos y acabar tirándolos.
El comentario del corto verano que nos vive.
La explicación más clara
no nace de renunciar a no seguir…
sino al contrario,
de comenzar a hacerlo.
En cuanto a todo aquello que debiera ser contado
sólo una referencia más:
hablarte como te hablo.





Tinta preta, de Eloísa Otero










ELOÍSA OTERO (León, 1962) es periodista. Tiene publicados dos libros de poesía en la ‘Colección Provincia’ del ILC, Cartas celtas (1995) y Tinta preta (1999). Aparece incluida en distintas antologías, como Ellas tienen la palabra, de Noni Benegas y Jesús Munárriz (Hiperión, 1997), o De los ojos ajenos. Lecturas de Castilla, León y Portugual, de Miguel Casado (Junta de Castilla y León, 1999). Ha traducido al castellano, junto a Manuel Outeiriño, dos libros del escritor gallego X. L. Méndez Ferrín, Con pólvora y magnolias (Hiperión, 1994) y Contra maquilero (Arte y Literatura. La Habana, Cuba, 2008).







Porque de hecho es otro,
siempre otro,
el que habla,
y porque aquel
de quien se habla
calla.
H.M. ENZENSBERGER
(Nuevos motivos por los
que los poetas mienten)
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El pasado ¿queda atrás? ¿o
inevitablemente sigue
formando parte de tu vida?
Tirar del hilo. Me aconsejas tirar del hilo.
Qué podría decirte ahora, después
de tantos años sin saber.
¿Era así y aquí donde teníamos que reencontrarnos?
En plena fase interrogativa
te desconozco.

Eloísa Otero