martes, 3 de febrero de 2009

SIMONE WEIL: En su centenario, relectura de quien tuvo memoria de los oprimidos

Reflexiones incómodas de Simone Weil:

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Detentar poder es degradante. Poseerlo degrada.

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El arte es el símbolo de los dos esfuerzos humanos más nobles: construir y abstenerse de destruir.
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Una mente encerrada en el lenguaje está aprisionada.

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La cultura es un instrumento esgrimido por los maestros para manufacturar maestros que, a su vez, manufacturarán aún más maestros.

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Moral y literatura. Nuestra vida real está compuesta en más de sus tres cuartas partes de imaginación y de ficción. Son raros los verdaderos contactos con el bien y el mal.

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Los seres humanos están hechos de tal modo que los que oprimen no sienten nada; es la persona oprimida la que siente lo que está ocurriendo. A menos que uno se haya puesto del lado del oprimido, para sentir con él, uno no puede entender. S. Weil



Sobre la memoria de los oprimidos:


"Debemos reconocer que las dos categorías económicas establecidas por Marx, capitalistas y proletariado, no bastan para comprender la forma de producción... Casta o clase, la burocracia es un factor nuevo en la lucha social." Es que Weil entiende la burocracia como "opresión en nombre de la función". Algo en lo que reincide Mario Perniola en el libro "Del sentir" para desenmascarar la compleja urdimbre de control social sobre cualquier individuo, aun desclasado. Y es que los oprimidos, los machados, a las dos formas tradicionales de sometimiento o exterminio, por las armas y por el dinero, se suma una mefistofélica estrategia, por la función, la burocracía como ejercicio invisible de opresión.


Víktor Gómez




carta de S. Weil diciembre de 1940 a enero de 1941





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En cada hombre hay algo sagrado. Pero no es su persona. Tampoco es la persona humana. Es él, ese hombre, simplemente...Es él. Él por entero. Los brazos, los ojos, los pensamientos, todo. No atentaré contra ninguna de esas cosas sin escrúpulos infinitos.

Simone Weil






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La desgracia de los otros entró en mi carne

Simone Weil



1 comentario:

Ana María Espinosa dijo...

Diez, Víktor, diez. Adoro a esta mujer.