sábado, 24 de mayo de 2008

Poesia peruana hoy: Rocío Silva Santisteban

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Todo para qué

a T. Z.

Sospecho que vino con la intención de irse
dejó el carro aparcado afuera
tenía un aire de querer hablar en medio de mucha gente
por temor a lo que yo iba a escuchar...
Pero le entregué el poema,
terminó dos copas de vino
se hartó de darle vueltas al asunto
y me dijo: quiero descansar...

En la cama me montó hasta tres veces
sonriendo, riéndonos, y durmió tranquilo.
Ahora yo: ¿qué debo esperar?
¿Otra infección urinaria?
¿otra crema vaginal?

Rocío Silva Santisteban
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En los años 80 las mujeres irrumpen con coraje y fuerza en los ámbitos socioculturales de América Latina, también en Perú, donde inicia su trayectoria poética y en defensa de los derechos de los más empobrecidos y machacados de su sociedad (las mujeres) Rocío Silva Santisteban. La valía de su escritura estriba en un dominio de la expresividad coloquial bajo el ritmo e intensidad del lenguaje poético, que le permite crear textos con gran impacto emocional. Crónica de su tiempo, arte que comparte destino y dolor al aunar la belleza, el rigor, la crudeza y el escandalo de un mundo dentro del mundo, que es su poesía. Su poesía es desde la vida cotidiana de tantas mujeres el habla necesaria que dialoga y retoma la paz y la palabra para desenmascarar a los que infringen dolor y miseria a los indefensos. Y es sin paliativos, eufemismos o metáforas aéreas. Dije que su valía era estÉTICA, y sí, creo que hasta en esto del hablar claro hay que saber llegar a los corazones, remover las entrañas, ser veraz, ser leal y de una plasticidad suficiente.



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Rocio Silva Santisteban, Perú 1963, es periodista, poeta y mantiene un blog de agitación cultural de gran sensibilidad y valiosas reflexiones sobre el desordenado y violento mundo de hoy "Kolumna okupa".

Ha publicado varios libros de poesía, Asuntos circunstanciales (1984), Ese oficio no me gusta (1987), Mariposa negra (1993, 1998) y Condenado amor (1995) y uno de relatos Me perturbas (1994 y 2001); ha editado dos libros de crítica: El Combate de los Ángeles (Pontificia Universidad Católica, 1999) y Estudios Culturales. Discursos, poderes, pulsiones (junto con G. Portocarrero, V.Vich y S. López-Maguiña, RED, 2001). Nadie sabe mis cosas: ensayos en torno a la poesía de Blanca Varela (junto con Mariela Dreyfus) se encuentra en prensa en el Fondo Editorial del Congreso (Perú). Textos suyos han aparecido en diversas antologías como Las horas y las hordas, El turno y la transición, ZurDos, Poésie Peruvienne du XXe siécle, Prístina y última piedra, Lavapiés, Escritoras mirando al Sur, entre otras. Como periodista ha publicado en diversos medios de América Latina y es colaboradora permanente de La Insignia. Doctora en Literatura por la Universidad de Boston, actualmente trabaja como directora del diploma de periodismo de la Universidad Jesuita de Lima.


Ensayos en torno a la poesía de Blanca Varela, es su trabajo más reciente.

De su blog extraí un poema que traslado desde la fuente original:





http://kolumnaokupa.blogsome.com/2008/01/01/el-hombre-mas-pobre-del-mundo/






Víktor Gómez














El hombre más pobre del mundo


…es una mujer
peruana, africana, india,

quizás una mujer campesina
una mujer que fue violada por el primer marido

embarazada una y otra vez
explotada durante el embarazo

olvidada durante la lactancia y el parto
una mujer que cortó el cordón umbilical con sus propios dientes

que a los treinta se quedó sin marido sin caficho sin pelo

y después los hijos uno por uno la olvidaron
a la vera del camino

una mujer que murió y no fue enterrada
cuyo rastro se perdió sobre la arena

una mujer que ni siquiera es un viento
una mujer de quien no queda ni huella

sólo un eco
un eco sordo
un resentimiento negro sobre la tierra.


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La fotografía de Giancarlo Tejeda es de una mujer dando de lactar a su hijo entre el Jirón Cuzco y Carabaya, centro de Lima (2006). Su nombre es Ester y vivía con sus dos hijos en uno de los edificios del centro deshabitados, ella alquilaba una habitación a cinco soles la noche. Para conseguir esa suma, más dos soles para la comida del día, pedía limosna. La fuente de la información de poema es un artículo de Amartya Sen sobre la pobreza en el mundo, a propósito del Informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas.


Rocío Silva Santisteban