miércoles, 9 de enero de 2008

PAUL CELAN Y GISELE CELAN-LESTRANGE: cohabitar el estupor y la belleza

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LABIOS, TEJIDOS TURGENTES de la noche-tú:

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Miradas curvas escarpadas llegan escalando,

descubren la comisura,

se suturan en ella:

prohibiciones de entrada, peaje negro.

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Aún tendría que haber luciernagas.
Paul Celan




Sabemos que ambos artistas, intensos y singulares, en su colaboración artística "Ut pictura poesis" consiguieron multiplicar sus signos, sin renunciar a lo muy inexplorable y personal de su visión particular del mundo, el presente, el arte, la comunicación, el compromiso. Amor y tráfico de tensiones, deslumbramientos, pasión, miedos, admiración...




"Me gustaría conocer. Me gustaría comprender. Me gustaría saber. (.../...). Debe ser muy difícil amar a un poeta, a un bello poeta. (.../...) Tú trabajarás también el miércoles por la tarde- y yo, en mi casa, pintaré, creo- y estaremos muy cerca el uno del otro".


Gisele Celan-Lestrade




"Maia, amor mío, me gustaría saber decirte cuánto deseo que todo esto dure, nos dure, nos dure para siempre. ¿Sabes?, tengo la impresión, al venir hacia ti, de dejar un mundo, de escuchar cómo las puertas crujen tras de mi, puertas y más puertas, porque son numerosas las puertas de este mundo hecho de malentendidos, de claridades falsas, de engaños. Puede ser que aún me queden otras puertas, puede ser que no haya atravesado aún toda la extensión sobre la que se despliega esta red de signos que extravían, pero ya llego, ¿me oyes?, me acerco, siento que el ritmo se acelera, los fuegos engañosos se apagan uno tras otro, las bocas mentirosas se cierran en su baba -ya no hay palabras, ruidos, nada que acompañe mi paso.


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Estaré ahí, a tu lado, en un instante. En un segundo que inaugurará el tiempo.




Paul".




'¿Será el amor un largo adios que no se acaba?' Decía Pedro Salinas. Creo que hay una clara afinidad en el amor saliniano y celaniano. Pero el amor de Paul se logró mientras que el de Pedro quedó en un terreno desplazado de lo real, en el imaginal del autor, en la potencia del deseo y la fertilidad de la palabra. Volviendo a Paul y Gisele, su relación marca un hito. Conjugar vida conyugal y arte, en tiempos de descrédito, en horas de exilio, de nihilismo, de postguerra y desarraigo. No fue un camino, una relación fácil. Pero dio frutos irrepetibles en un tiempo de esterilidad y miedos. Hace que pensar...




Víktor Gómez

















También nosotros queremos estar



donde el tiempo dice la palabra umbral,



el milenio surje joven de la nieve,



el ojo caminero



descansa en el propio asombro



y cabaña y estrella



vecinas son en el azul,



como si el camino ya se hubiera recorrido.



Paul Celan



(escrito en la tarjeta de felicitación del año 1956, acompañado del grabado, es el primer testimonio de colaboración del matrimonio Celan, Gisele y Paul)

Paul arrastró depresiones y crisis muchos años. Luchó ferozmente. Perdió su matrimonio porque sus crisis pusieron en peligro la vida de Gisele. Y vinieron años tristes, de amordistanciado vivir. Se carteaban, se esperaban, se mantenían a prudencial espacio físico, por el puente de los años. Ella trato de que él no se suicidara. Paul segía luchando y creando. Sucumbió al sufrimiento en el 70 y saltó al Sena. Venía marcada su existencia por el estigma de la muerte bárbara. El poeta y la pintora. Un hombre y una mujer. La suma que multiplica. La pasión complice /y la compasión de ella/ que no contiene la locura otra de lo afuera y lo criminal.

Hace que pensar...

Víktor Gómez



A PEDRADAS

Muchas mujeres sufren la justicia, la ley, el ajusticiamiento a pedradas, una muerte reglada, acordada para las adulteras y aún practicado en pleno siglo XXI. Es doblemente atroz. Símbolo y realidad de la violencia y el castigo que imponen algunas sucias sociedades. Y que de manera transversal y menos visible, se practica a otros niveles en nuestra sociedad. Ajusticiar al débil, al caído, al impotente. Atropellar al que no tiene voz ni defensa. La justicia debería ser hija de lo justo, no de la ley, hija de lo moral, no de lo convenido. La justicia debería ser hija de la compasión, no del ejercicio del poder. Para que no sean siempre los mismos los penados. Para que no sean siempre los mismos, los ajusticiadores.

Del poemario inédito El enemigo (historia dél) adelanto un poemilla.

Víktor Gómez


XXVIII

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A pedradas, a pedradas.
Ella grita, grita. Y nos crecemos.
La horda sabe lo que hay que hacer.
A pedradas, a pedradas.
Arrinconada. A pedradas.
A pedradas cae. A pedradas.
Y se arruga, moribunda.
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-------------------------------- A partir de ahora, cansados
de lanzar piedras contra un cuerpo sin fuerzas,
derrotado, sin resistencia,
---------------------------------- a partir de aquí,
quietos, resoplando,
miramos, brevemente, a la ajusticiada.
Brevemente. El aire se espesa.
El sol, arduo, ilumina su miserable cuerpo,
inmóvil, desnudo, afeado en las magulladuras.
La miramos sofocados, orgullosos y vencedores.
Queda restaurada
la virtud del esposo, del patriarca, del terrateniente.
Y la pécora, mancha de huesos y sangre,
a pedradas, a pedradas,
se ovilla y desaparece.
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Es la ley. Y con ella a las espaldas, retornamos al orden
del día. A las labores. Y no hay entre
nosotros ningún comentario,
ningún temblor.
Ni una palabra.
Ningún temblor: ¿Queda claro?.



Víktor Gómez