sábado, 13 de octubre de 2007

EDUARDO MILAN

El arte está en confusión porque ha dejado de tener la función que tenía; ya no es, ya no está en el lugar que aparentemente intentó colocarlo el Renacimiento, que es el lugar de una usurpación...

E. MILAN


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ESCRIBIR ES COMO UN CÍRCULO…

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Escribir es como un círculo,
como la creación de una cabeza de viento.
Es como abejas alrededor de algo
así como un panal, así como una dulzura
saliendo de tus senos por una vez posible:
ésta. Así es escribir,
no como se dice oscuramente debajo de una piedra,
la del alma. Así es como el alma
va perdiendo gravedad y levanta.

Querencia, gracias, 2003.
EDUARDO MILAN

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La liebre se vuelve cuando encuentra tras de si una posibilidad
de supervivencia. Es rápida.

El poema siempre lento, siente azorado
cómo llega tarde a girarse,
cómo el ave rapaz le caza al vuelo
y eleva hacia un nido léjos del firme ras.
No se cómo
este decir
baja ahora
a alimentar la noche en que regreso a casa.

------------------------------------------------------- V.G.













Mi enhorabuena al gran poeta, al osado y arriesgado hombre sin paragüas ni deportivoque nos viene poco a poco dejando una estelade pasos y bellísimas palabras en un mundoensordecido por la metralla de las televisionesy el aullido feroz de los walkmans.



Gracias, Eduardo.



Tuyo,un lector, un lento aprendiz.
Viktor

6 comentarios:

Sibyla dijo...

Arribo a este blog, siguiendo la huella de Sandra...
Estoy de acuerdo cin las palabras de E.Milan, Sobre todo con la frase de que escribir es como"abejas alrededor de algo", así son las palabras revolotean alrededor de tu mente, hasta que las vas atrapando para formar las frases más exactas...las más bellas.
Un saludo de un aprendiz de todo.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Sibyla:

Eduardo Milán, uruguayo afincado en México, poeta, ensayista, comunicador social es una de las personas más interesantes en lengua castellana a la hora de dialogar sobre Poesía y Realidad. Su rigor y compromiso social, su neo/vanguardismo y radicalidad expresiva, lingüística, el delicado y sumo gusto est/ético, le hacen una voz no renunciable en un panorama de confusión cultural como el de los últimos 25 años.

Me alegra mucho compartir este autor contigo y también que vengas desde la austral y feraz ventana de Sandra. Considérate en casa,

Un abrazote,

Viktor

Mainumby dijo...

Ya ves, no conocía a este hermano oriental...

Gracias por acercarme cada vez más a todo este mundo, además de acercarme también a mi tierra...


Un fuerte abrazo!!!


Y muchas gracias por tus palabras en mi blog... jeje

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Este hermano oriental es un pluri/verso por explorar, como tu blog, participa activa y curiosamente de los límites y tras la belleza horada lo suficiente, desenrraiza lo justo, apura el misterio y toca con precisión los vuelos mínimos del corazón de la tierra.

Un abrazote desde Valencia,

Tuyo,

Viktor

Ana Pérez Cañamares dijo...

Víktor, a mí me ha encantado tu poema... Tienes toda la razón: la imperfección de los versos alimenta. Como todo lo imperfecto.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Bueno, a mi me lo vas a decir, que llevo cuarenta febreros alimentado lo imperfecto y haciendo una bola de astillas, maderas y cañasque parece ya un viejo horreo.

En el poemilla al releerlo (colgué la impronta sin revisar, tecleando sobre la pantalla) dí con esa no pretendida rima vuelo/suelo que he reescrito dejando vuelo/firme ras.
Habrá más aristas no pulidas, seguro. Mi mayor imperfección es la falta de paciencia y rigor para revisar textos propios y pulirlos, tachar lo que sobra, limar lo que pincha, quitar lo superfluo o redundante.

Eduardo Milán tiene poemas muy bien resueltos. Más aún teniendo en cuenta su neo/vanguardista exploración del lenguaje, la experiencia poética y las formas. El se acerca enigmáticaMENTE a la perfección, como también se acerca Tomás Segovia, Gamoneda, Blanca Varela, Antonio Méndez.

Así yo miro y admiro, leo y releo a los que se aproximan a la justa belleza justa, a la poesía orientada al misterio con su cuasiperfección artística para colmarme de asombro y zigzagear por sus esferas.

Después dejo que la tinta emborrone la pulcritud blanca del papel y dispongo improntas a vuela pluma sin control, sin remate.

Pero todo es cuestión de ponerse y aprender. Y aprehender. Este nuevo curso que acaba de comenzar quiero descubrir la lentitud y la tachadura.

Gracias por tu visita, tus animosas palabras y complicidad.


Tu Viktor