martes, 24 de abril de 2007

ROQUE DALTON


EL CÍNICO


Claro es que no tengo en las manos

el derecho a morirme

ni siquiera en las abandonadas tardes de los domingos.


Por otra parte se debe comprender que la muerte

es una manufactura inoficios

ay que los suicidas

siempre tuvieron una mortal pereza

de sufrir.


Además, debo

la cuenta de la luz…



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EL VANIDOSO



Yo sería un gran muerto.
Mis vicios entonces lucirían como

joyas antiguas con esos deliciosos colores del veneno.

Habría flores de todos los aromas en mi tumba

e imitarían los adolescentes mis gestos de júbilo,

mis ocultas palabras de congoja.
Tal vez alguien diría que fui leal y fui bueno.

Pero solamente tú recordarías mi manera de mirar a los ojos.

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