en donde hablamos nuestro silencio.
Tú haces de mi vida
esta ceremonia demasiado pura.
A. Pizarnik
Alejandra no duerme
ni se ha ido. Huelen
en desbandada sus biorritmos
en desbandada sus biorritmos
alterados, su muerte
reverdece en el canto
que retorna con la fiera
tristeza de su natalicio,
con la orfandad y duelo
de su trágico destino...
Duelen estos versos,
de su trágico destino...
Duelen estos versos,
están como el hueso roto
por un mazazo.Vida que en el yunque
por un mazazo.Vida que en el yunque
del tiempo se hizo a golpes,
hasta ser noche en cuerpo de rabia,
un grito como ojos
un grito como ojos
altísimos en lágrimas
tan hondas de silencio
que hacen raíz
que hacen raíz
en el centro de la memoria
en la pálida cuna
en lo oscuro que nos nombra.
V. G.
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Agradezco los consejos de Elena Escribano
para darle al texto mayor rigor
y pasar de "impronta" a poema.
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