viernes, 9 de marzo de 2007


CONVIENE recordar que los poetas que indagan a la intemperie, con el riesgo de ser poco leidos, poco horadados, poco con-versados, en su resistencia doble al sistema de ineficacia socio-política y a la banalización del arte y el pensamiento, los poetas que apuestan contra toda suerte de privilegio o clamor de multitudes por dejar en sus escritos huella leve, lene rastro, de su intensa busqueda de orientación (imposible quizá, pero necesaria tal vez) entreven un horizonte, o se encaminan por una linea pulcra y est-ética no convencional, pero conveniente, que asegura cuanto menos que lo que se transmite no es dogmático, no es propagandístico, no es hedonista, no es populista, no es rimado de palacio sino socavado de tierra de labriegos, removido aire de aceras de boulevard, exploración del daño, historia del frío.

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